sábado, 23 de febrero de 2013

Oscar Niemeyer, el soñador de curvas, el arquitecto inmortal. Parte 3: de 1960 a 1980.

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Retomo "La arquitectura del objeto" publicando la tercera y penúltima parte mi tributo personal a Oscar Niemeyer. Como he venido haciendo anteriormente, haré uso de sus propias palabras para brindar la posibilidad de conocer sobre su trayectoria personal desde una posición cercana. Enlazamos pues con el momento en el que aborda su obra más significativa, Brasilia, donde se mudará en 1958 para seguir de cerca el nacimiento de la nueva capital. La ciudad se inauguró el 21 de abril de 1960. 

"Brasilia comenzó, y debido al motivo de su nacimiento, trajo con ella molestias y compromisos. Contábamos con el total apoyo de Juscelino Kubitschek, y eso compensaba el ambiente hostil que nos rodeaba; oprimidos por el silencio, por el polvo rojo, por la tierra encharcada de serrín. Por los problemas que antes desconocíamos, como las amistades paralelas e inevitables".

Inauguración de Brasilia el 21 de abril de 1960

"De la Universidad de Brasilia (UnB) proyecté los edificios principales, los cuales dirigiría luego como Coordinador de la Escuela de Arquitectura. De ese periodo guardo los mejores recuerdos. Desde Darcy Ribeiro, quién dirigió la UnB superando todos sus obstáculos, hasta los profesores con los que colaboraba con la misma dedicación e idealismo [...] Tenía un entusiasmo que se se extendió a todos los sectores de mi vida con el mismo optimismo y devoción".  

"Recuerdo el día que la Universidad de Brasilia recibió el Premio Lenin de la Paz (1963). El campus estaba enteramente iluminado, y todos los profesores, alumnos, diputados y trabajadores estaban allí. Calmados, sin las preocupaciones de los tiempos que estaban por venir".

Oscar Niemeyer recibiendo el Premio Lenin de la Paz, en 1963

"En Lisboa me llevé un gran susto con la noticia del Golpe de Estado ocurrido en Brasil. Durante tres días no despegué la oreja de la radio del Hotel Victoria, con la expectativa de cualquier buena noticia. Estábamos ansiosos, aterrados, temiendo un nuevo periodo de opresión y oscuridad. Fue en abril de 1964". 

"Entristecido por no estar allí para compartir las vicisitudes de mis viejos amigos, pasé esos meses de permanencia en Israel recusando sistemáticamente asistir a las recepciones y fiestas a las que fui convidado. Pensaba que aceptando esos convites, estaría traicionando a aquellos que se enfrentaban en Brasil a la opresión y la violencia. Me centré de lleno en el trabajo, manteniendo sólo los contactos indispensables".

"El nuevo gobernador de Brasilia exigió mi renuncia. El ministro de aviación decía que yo era un comunista de Moscú. Mi proyecto para el aeropuerto fue rechazado. La Universidad de Brasilia que Darcy Ribeiro había creado con tanto coraje y talento fue invadida por el ejército. Mi despacho fue saqueado. Dejé la UnB con 200 profesores. Me fui hacia el extranjero con mis penas y mi arquitectura".

"Pero la vida continuaba. André Malraux conseguiría de De Gaulle un decreto especial que me permitiría trabajar en Francia como arquitecto. Personas importantes como Boumediene, Mondadori, Sartre y el Partido Comunista Francés me apoyaron. Los trabajos se multiplicaron y mi arquitectura fue conocida por todas partes". 

Certificado que permite a Oscar Niemeyer 
trabajar como arquitecto en Francia

"Nos gustaba París. La ciudad de Gide, Baudelaire, Camus y Malraux. Recuerdo la revolución de París y la libertad. El viejo Sena correr tranquilo indiferente a la vida de los hombres. Los Campos Elíseos, con su paseo, sus escaparates y cafés. Sus hermosas mujeres".

En 1978, Oscar Niemeyer fue nombrado presidente del recién nacido Centro Brasil Democrático: "La idea de crear CEBRADE fue en realidad de Renato Guimaraes. [...] Era una organización no partidista, que daba cabida a comunistas y otras corrientes políticas que luchaban contra la dictadura desde la clandestinidad. Fueron muchas las actividades que hicimos con el gran número de intelectuales y artistas que formaban parte. A mí me resultaba interesante verificar como las diferencias políticas separan a los hombres, en este mundo que el que el poder y la ambición lo permiten todo". 

CEBRADE, en 1978
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