lunes, 3 de septiembre de 2012

Víctor Papanek, el diseñador comprometido

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Antes que nada, quería disculparme por estos meses sin escribir. No han sido en vano. Mis motivos siempre han estado relacionados con el diseño. Y como contrapunto, doy las gracias a todos los lectores por las más de 9000 visitas alcanzadas hasta hoy. 

Quiero retomar el blog hablando sobre una figura esencial dentro del Diseño Social. De hecho está considerado como el padre de esta corriente. Hablo de Víctor J. Papanek

Víctor J. Papanek (1923-1988)

Al nombrar el término Diseño Social parece que estamos refiriéndonos a algo relativamente nuevo. Al igual que si escuchamos palabras como Ecología o Consumismo. Es quizás por ello por lo que me resultó tan tremendamente actual lo que Víctor Papanek escribió en su libro "Diseñar para el Mundo Real" en el año 1971. Hace ya más de 40 años, este diseñador y arquitecto acusaba a sus compañeros de profesión de producir trabajo estilizado y de mala calidad, que desperdiciaba recursos naturales, agravaba la crisis medioambiental, y demostraba una gran ignorancia de sus responsabilidades sociales y morales. 

Papanek nació en Viena en 1923, aunque se mudó a Estados Unidos con 16 años, realizando allí sus estudios de Diseño y Arquitectura en Nueva York y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Tuvo la oportunidad de compartir experiencias con personajes de gran influencia en su época, al trabajar, por ejemplo, para Frank Lloyd Wright en Taliesin y Taliesin West; o con Buckminster Fuller, creador de la cúpula geodésica. 

Dedicó su vida a estudiar sobre la responsabilidad social del diseñador contemporaneo. Sus ideas y críticas al respecto fueron difundidas gracias a su faceta de educador, siendo decano de la Escuela de Diseño del California Institute of Arts. 

Victor Papanek con sus alumnos

Viajó alrededor del mundo extendiendo la idea de que el diseño era la herramienta más poderosa de la que disponía el Ser Humano para modificar su entorno, y en extensión a la sociedad y a él mismo; y de que los profesionales del diseño debían huir de la vorágine consumista que defendía el Capitalismo, que alimentaba a ejércitos de diseñadores encargados de crear nuevas necesidades irreales, y olvidaban qué requería el mundo real. Trabajó igualmente como diseñador de la UNESCO y escribió varios libros que reflejaban sus estudios, experiencias y reflexiones.

Víctor Papanek centró su producción en crear productos que sirvieran a las necesidades de las personas que vivían en condiciones infrahumanas, a los ancianos, a los discapacitados, etc. Intentó promover la idea de que el mundo sería mucho mejor si cada diseñador dedicara el 10% de su tiempo, talento y capacidad a diseñar productos que solucionaran problemas reales. Su actualidad reflejaba y sigue haciéndolo, una realidad muy distinta, bien expresada en su diagrama de participación del diseñador, que es extrapolable a un diseño concreto, a un país, o al Mundo en su totalidad. 

Diagrama de Participación del Diseñador, del libro: "Diseñar para el Mundo Real"

Si bien sus diseños no resaltaban por su estética (para él era sólo un apartado del complejo funcional), todos se caracterizaron por ser innovadores, inteligentes, y comprometidos. Papanek regaló la mayoría de sus ideas, estando en contra de que fueran explotadas con el objetivo de obtener beneficios económicos. Tomó como base la idea de su profesor Buckminster Fuller, quién dijo que "Si usted quiere ser diseñador tiene que decidir qué le interesa más: hacer cosas que tengan sentido o hacer dinero". 

Para mi gusto, su producto más interesante, si tuviera que elegir alguno, es el Receptor de radio diseñado para el Tercer Mundo

Receptor de radio diseñado por Víctor Papanek y George Seeger.

Se trata de un transistor que no precisa de electricidad ni de pilas, diseñado especialmente para los países en vías de desarrollo. Es una lata de estaño desechada rellena de cera parafínica y una mecha. Al encender la mecha, el calor creciente se transforma en energía suficiente para activar el receptor a la que está conectada. Al acabarse la cera, esta puede reemplazarse, o se puede volver a rellenar la lata con papel, estiércol de vaca, o cualquier material que pueda arder. La radio carece de sintonía, esto quiere decir que capta todas las emisoras simultáneamente. Pero era algo sin importancia en la época en la que se creó, ya que en la mayoría de los países emergentes sólo se oía una emisión. La producción casera de esta radio costaba 9 centavos de dólar, y el contenido de cera podía hacer que funcionara durante 24 horas seguidas. 

Este diseño era realmente revolucionario, ya que el facilitar a personas aisladas y no alfabetizadas el uso de una radio, les brindaba la posibilidad de estar informadas y conectadas con lo que pasaba en su entorno, libres de gasto. 

Como decía Víctor Papanek, en su libro "Diseñar para el Mundo Real", necesitamos alternativas prácticas para luchar contra las cosas caras, mal diseñadas, e insustanciales. Necesitamos productos que no contaminen, mobiliario para minusválidos, útiles para personas con determinadas enfermedades, objetos pensados para la educación, para la ayuda tercermundista... Hay demasiado que hacer como para dedicar nuestro potencial al diseño consumista, frívolo, inseguro y despilfarrador de recursos. 

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